La Dirección General de Centros Educativos se compromete a ejecutar los proyectos de acondicionamiento térmico e impermeabilización de los colegios "Santiago" y "Santa Eulalia" - 22/03/2019
La directora general de Centros Educativos, María Remedios Lajara, visitó el pasado miércoles los colegios públicos "Santiago" y "Santa Eulalia" con el fin de conocer sus necesidades para la ejecución de los proyectos de acondicionamiento térmico e impermeabilización de las cubiertas de ambos centros de enseñanza.
La responsable de la Consejería de Educación, Juventud y Deportes de la Comunidad Autónoma estuvo acompañada por los concejales de Educación y Obras e Infraestructuras, Eulalia Moreno y Víctor Balsas, respectivamente, así como por técnicos de ambas administraciones.
La representante del Gobierno regional, que previamente mantuvo un encuentro con el alcalde Andrés García, se comprometió con los responsables de ambas comunidades educativas a acometer los proyectos durante el próximo verano, aprovechando las vacaciones escolares.
Durante la visita comprobó de primera mano las deficiencias históricas que vienen arrastrando ambos centros de enseñanza en los bloques más antiguos de los dos colegios, que provocan goteras en época de lluvias y, sobre todo, una situación térmica insostenible tanto en invierno como en los meses próximos al verano, coincidiendo con el final del curso escolar.
Además, en el caso del CEIP "Santiago" está previsto arreglar los baños del edificio más antiguo del colegio que arrastran una situación impropia de un centro de enseñanza moderno.
Durante esta legislatura, el Ayuntamiento de Totana ha tenido que asumir el arreglo de la totalidad de las obras de mantenimiento de los colegios e institutos a pesar de ser competencia de la Administración regional, dado que en algunos casos no se cumplía con la normativa legal vigente.
La directora general tiene previsto visitar, de nuevo, varios colegios de Totana a lo largo del próximo mes de abril.
Reivindiación histórica
El Ayuntamiento de Totana ya instó en 2017 a la Consejería de Educación, en cumplimiento del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, a acondicionar todos los centros educativos sostenidos con fondos públicos de los medios necesarios que aseguren temperaturas óptimas en los centros de trabajo para evitar el estrés térmico y a hacer un mapa de temperaturas en los centros educativos, tal y como recuerda la concejal de Educación, Eulalia Moreno.
La Corporación municipal aprobó, por unanimidad, una iniciativa para garantizar que los centros cuenten con un adecuado sistema de climatización que permita desarrollar las actividades educativas en condiciones de seguridad y salud para el alumnado y el profesorado.
En ese sentido, este real decreto establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, regulando que las temperaturas óptimas en los centros de trabajo que fija la temperatura en los locales donde se realizan trabajos sedentarios estarán comprendidas entre 17 y 27 grados.
En la Región de Murcia, la comunidad educativa viene denunciando que, aún hoy en día, existe un alto número de centros educativos que no tienen aseguradas las condiciones climatológicas óptimas, y más en una zona de calor como ésta y en una época del año, como es el principio y final de curso, que las temperaturas superan estos parámetros en el interior de las aulas.
Además, existen numerosas denuncias de los representantes sindicales ante el Comité de Seguridad y Salud de la Consejería de Educación y Universidades, en aras de solventar los episodios que año tras año alumnado, docentes y personal de administración tienen que padecer en los centros por las temperaturas ambientales que soportan, señala Moreno.
El acuerdo que hizo el Consistorio totanero a la Consejería señalaba que éste no es un tema baladí, como demuestran diversos estudios, pues la temperatura ambiente afecta directamente en el rendimiento tanto en el alumnado como en los trabajadores de la enseñanza, siendo incompatible con un sistema público de calidad. Las temperaturas por debajo de los 17 y por encima de los 27 grados se traducen en inquietud, nerviosismo por el frío y sopor e inactividad cuando afecta el calor.